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He sentido miedo por el paso del tiempo. He sentido un temor incontrolable por lo rápido que camina, por perderlo entre mis dedos…
He sentido ese cosquilleo al descubrir que los años parecen minúsculas etapas, sabiendo que el tiempo se inhala como si se tratara ya de una historia pasada.
Y con la rapidez con que un rayo centellea y desaparece, relegué el miedo a un espacio infinito.
He sentido que el imparable tiempo ahora disfruta de ti.
He sentido que no malgasto ni un instante, si tú estás en él.
Y con la velocidad con que pude valorar el mejor momento, descubrí que él, el tiempo, se alió con quien lo hace desaparecer. Haciéndome comprender que el mejor regalo no era disfrutar más de él, si no olvidarlo junto a ti.
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